cs1213 ocioinfantil Convierte las vacaciones en “miniproyectos” de aprendizaje
Os invitamos a que convirtáis estos días de vacaciones en un tiempo para poner en marcha esas Competencias Básicas de las que hablábamos en otro artículo. ¿Qué nos proponían? Que pusiéramos las experiencias vitales, cotidianas, al servicio del desarrollo de nuestros chavales. Que fuera de la escuela se activara la aplicación práctica de lo aprendido, una especie de «conocimiento en acción», construido de forma compartida y colectiva. ¿Por qué así? Por la base emocional del aprendizaje. Lo recibido de modo abstracto permanece en mayor o menor medida, pero lo experimentado, compartido y disfrutado, se recuerda toda la vida. No se trata de «machacar» (ni de «machacarnos») con fichas y tareas, sino de hacer con nuestros niños cosas que potencian y trabajan la parte sensible del ser humano.
Entre los tres y los diez años, la mayor aspiración de todos los niños y niñas es lograr mayores cotas de autonomía, y una mayor participación y reconocimiento dentro del grupo familiar. A menudo, los mayores no les dejamos realizar algunas tareas que podrían hacer, eliminando esos espacios, porque pensamos que nosotros lo haremos de forma más rápida y eficaz. Y sin darnos cuenta, los dejamos fuera. Si reflexionamos sobre ello, podemos «recuperar» sus manos y sus ganas, y dejarles formar parte de lo que pasa. Probablemente llevarán más tiempo, pero ¡cuánto alimenta su satisfacción personal!
La metodología por proyectos nos enseña a descubrir una necesidad o un interés de nuestros chicuelos, marcarlo como objetivo, planificarnos y organizar tiempos y recursos, y luego, ya terminada la experiencia, comentarla y valorarla con ellos mismos.
Con esta filosofía de trabajo en mente, os proponemos el concepto de «miniproyectos», trabajos flexibles y cortos para esquivar el cansancio.
La idea inicial es la preparación de actividades con…
a) Un tema-objetivo final, que los pequeños puedan «ver» o «experimentar» con claridad, y que tenga un «cierre» explícito para ellos.
b) Una duración en torno a tres días, no mucho más.
c) Un «horario» asignado o pactado con ellos, ya sea por la tarde o por la mañana, rondando una duración de unas dos horas.
d) Un espacio o lugar definido de la casa, o de fácil acceso.
Os proponemos algunos posibles temas para cada miniproyecto, pero animándoos siempre a dejar un espacio abierto para propuestas de los propios niños.
a) Elaboración, decorado, ensobrado y envío de tarjetas de Navidad personalizadas. Ojo, que a los mayores también nos gustan.
b) Decoración de la casa (motivos navideños o de otro tipo). Basta con tener algunas plantillas, cartulinas y colores. Si lo vemos útil, se pueden realizar carteles o cuadros con números, letras, recortes, etc. (el año que empieza, un calendario hecho a modo de collage…).
c) Preparación para un desayuno, comida o cena de tema festivo (Navidad, fin de año, Año Nuevo, Reyes…). Puede ser especialmente divertido para ellos la idea de hacer pequeñas actividades de «animación» para la mesa. Este taller es todo un filón, desde la decoración de la mesa o la sala con manualidades de todo tipo, hasta la realización de pequeños eventos durante el banquete, como agradecimientos iniciales, notitas bajo los platos, servilletas con mensajes, un brindis propuesto por los niños entre cada plato o al final de la comida, etcétera.
d) Minitaller sobre «los tiempos de descanso» y de «convivencia», como valores en las relaciones personales. Se trata de ayudarlos (¡y ayudarnos!) a hacer consciente la necesidad de las vacaciones como un tiempo para recargar las energías y para querernos y cuidarnos. Con el mismo espíritu que otras ideas que ya se han planteado , como las «semillas de cariño», buscaríamos con los chavales el modo de hacer «regalos-relax» o «regalos-cariño» para los miembros queridos de nuestro entorno: preparar un baño relajante a un miembro de la casa; aprender y hacer un masaje básico (hay técnicas para que apliquen los niños fáciles de buscar), elaborar cajitas con galletitas o bombones…
Además, este tipo de actividades abre la posibilidad de tener conversaciones un poco más serias con ellos sobre la importancia de que los «mayores» descansen un poco (porque tienen muchas tareas), lo necesario que es cuidarnos unos a otros, etcétera.

e) «Cuentacuentos en casa». Basta con invitar a tres personas del entorno afectivo de los niños con este motivo…
Estas son solo algunas ideas. Manejando bien los tiempos, tanto de calendario como de duración de las actividades, se pueden trabajar muchos aspectos de manera lúdica y desde la sensibilidad.
¿Por qué no os animáis a “miniproyectar” estas vacaciones?